Buena habitación, hay que tener en cuenta que era la junior-suite. Amplia, luminosa, bien cuidada, limpia. Lo mismo puede decirse del baño (aunque la grifería sería más cómoda si fuese de monomando en lugar de llaves distintas para agua caliente y fría). Buen aislamiento acústico, en realidad era excelente, no se oía prácticamente nada del exterior que es ruidosísimo.
No tiene desayuno incluido, se paga aparte, por lo que considero el hotel de los más caros con excepción de los cinco estrellas de los alrededores. No tiene sala de desayunos, ni bar, ni nada de nada, sólo una recepción pequeña con algunos asientos (todo junto y espacio reducido y más calurosa que la propia temperatura de la calle, cuando m). No tiene sala para ordenador, la wifi es mediocre, sólo podía utilizarla hasta el pasillo que lleva a la habitación, dentro la señal era mínima y no iba bien, desde la cama la señal era nula.
El personal es amable, pero no acogedor, se esfuerzan por comprender el español (una persona lo hablaba bién, y otra lo entendía bien aunque lo hablaba regular), lo de colaborar con el idioma es algo agradable para el cliente.
En nuestra oferta de la habitación junior-suite decía que regalaban una entrada para la EXPO, pero nadie nos los dijo ni al llegar, ni al día siguiente; afortunadamente lo averiguamos nosotros y cuando la solicitamos nos la dieron (pero nadie nos avisó que la teníamos), una sóla entrada por alojamiento en junior suite (aunque sea ocupada por dos personas, doble)